El encuentro tenía como objetivo reflexionar en torno al desafío de la educación católica considerando las nuevas culturas juveniles.
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“Nuestra tarea es lograr que los jóvenes vuelvan a mirar al cielo” fue la invitación realizada por Monseñor Héctor Vargas, Obispo de Temuco y presidente del área de Educación de la Conferencia Episcopal en el marco de la clausura del VII Congreso Nacional de Educación Católica que se realizó en Temuco.
El evento congregó a más de 1200 directivos, gestores, profesores y líderes estudiantiles que llegaron desde el extremo norte y sur del país representado a distintas instituciones de educación escolar católica y de inspiración cristiana nacionales e internacionales que por dos días llegaron hasta la capital regional de La Araucanía para reflexionar en torno al desafío de la educación católica considerando las nuevas culturas juveniles.
El encuentro fue inaugurado por Monseñor Santiago Silva, Obispo Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile quien comentó que ““Es bien importante el diálogo que tenemos que hacer nosotros como Iglesia con la cultura de hoy. Precisamente a veces nos podemos quedar atrás por no entender la cultura de hoy y esta influye necesariamente en la identidad, no sólo la expresa también la forja. Entonces comprender la cultura es poder entender identidades y poder sugerir para esas identidades un método evangelizador adecuado, que es lo que precisamente es el propósito de este 7º Congreso de Educación Católica. Culturas juveniles para poder ayudar a una identidad más cristiana, pero desde la cultura”.
Por su parte, Monseñor Héctor Vargas, Obispo de Temuco y presidente del área de Educación de la Conferencia Episcopal quien comento que “lo que ocurre es que el mundo está cambiando de una manera impresionante, la sociedad entera, no solamente en Chile, sino que es a nivel mundial, estamos viviendo un verdadero cambio de época en todos los aspectos, y la verdad que los jóvenes que vienen llegando, vienen con estilos de vida, de pensamiento, de actuar, completamente distintos a lo que estábamos acostumbrados nosotros, entonces esto se transforma en un tremendo desafío para la escuela y para los educadores, o sea, cómo podemos acompañar a las nuevas generaciones en este nuevo mundo y en estas nuevas culturas, en estas nuevas formas de pensar, de sentir y de verlo todo, cómo podemos acompañarlos para que verdaderamente el día de mañana ellos puedan construir una sociedad mejor, más justa en todo sentido y eso implica volver a la escuela. Se debe primero entender la vida y la cultura de los jóvenes de hoy día y en segundo lugar cómo acompañarlos y ayudarlos para que realmente ellos que traen la semilla de la sociedad futura, puedan hacerlo de la mejor manera posible. Así que estamos muy desafiados y al mismo tiempo, muy entusiasmados por esta posibilidad, porque los jóvenes nos mueven, nos obligan a renovarnos, a rejuvenecernos y agarrar vuelo con las cosas que ellos traen. A los jóvenes nunca hay que estigmatizarlos por ser distintos a nosotros, sino al contrario, ellos son el futuro que viene y a nosotros nos conviene acompañarlos en eso y eso nos renueva también a nosotros como escuela”.
El Congreso se enmarca en las actividades de celebración de los 60 años de vida institucional de la Universidad Católica de Temuco, que desde sus inicios ha tenido un fuerte compromiso con la formación de educadores para la región y el país. En tal sentido, el rector de la Universidad Católica de Temuco, Dr. Aliro Bórquez señaló que “este congreso nos permite reflexionar cómo el colegio o la escuela enfrentan los desafíos tan cambiantes de la sociedad y de las culturas juveniles, cómo se puede hacer una educación más humanista, en la realidad en que hoy vivimos con tanta tecnología que se ha convertido no sólo en un medio sino en un fin. Entonces poder sentarse a reflexionar sobre cómo generamos una educación más humanista, con una visión de respeto al medio ambiente son los tremendos desafíos que tenemos los profesores en los colegios, pero que también tiene la universidad en la formación de sus jóvenes. En ese sentido, la Universidad históricamente ha formado profesores y nuestro desafío es que ellos respondan a los tiempos modernos; estamos formando profesores para la realidad actual, para enfrentar a los alumnos que se encuentran hoy día en las aulas y estos desafíos son constantes y van mirando lo que va ocurriendo en el entorno social de manera tal de ir ajustando la formación de los futuros profesionales con un sentido más de humanidad”.
Participantes
El evento – que se realizó en forma paralela en tres sedes: en las Universidades Santo Tomás, U. Mayor y la UC Temuco – congregó a representantes de diferentes establecimientos, comunas y diócesis del país, quienes coincidieron en la importancia de estar al día en cuanto a cómo los niños y jóvenes se están comportando actualmente y a desafiarse para motivarlos en la educación con sello cristiano.
“Trabajo como profesor de Religión Católica en el Liceo Bicentenario y en escuelitas básicas. La experiencia de participar en este Congreso, me ha parecido muy provechosa porque en las temáticas de la mañana, por lo menos, todo lo que se ha dicho nos refleja lo que está pasando actualmente en las actividades de colegio en la problemática con los alumnos y sobre todo en los grandes desafíos que tienen los jóvenes para enfrentar sus proyectos de futuro, en el fondo proyecto de vida. El participar en este Congreso, me invita al desafío a poder incentivar en la proyección de vida a los jóvenes, a los niños, tratar de involucrarme un poco más en sus problemáticas y en el fondo resolver problemáticas y desafíos de índole de agresividades y de diálogo que tanto faltan en nuestras escuelas”, comentó Juan Pilcente Castillo de la comuna de Quirihue.
“Realmente esta es una excelente oportunidad para poder aproximarnos a una visión actualizada de lo que significa ser un colegio católico y asumir los desafíos del mundo actual, con conocimiento de causa y sabiendo que tenemos que dar una respuesta acertada a la juventud, que es cada día más desafiante y muy diferente a la que conocimos hace un tiempo atrás. Hay muchas diferencias, pero en realidad, uno que ha ido creciendo junto a ellos, va viendo su evolución y ellos son personas maravillosas que puede uno llegar a plantearle muchas vías de desarrollo si estamos en concordancia y en sintonía con su mundo juvenil, que tiene otros paradigmas u otras formas de mirar la vida, la creación, el universo, a Dios. Entonces hay que aproximarse de acuerdo a esas perspectivas para llegar a la profundidad del ser”, señaló Paz Molina, Directora del colegio Juan Pablo II de Arica.
“Ha sido interesante estos días poder compartir y escuchar las diferentes ponencias, sobre todo los instrumentos que nos entregan y los procedimientos para poder enfrentar también la realidad de la cultura juvenil, en lo que es también una escuela católica que tiene que ir como dice el Papa Francisco, también en salida en cuanto a lo que es la acogida, la integración, la inclusión y poder acercarnos a la realidad de los jóvenes, sobre todo en lo que es una educación también de calidad, en lo que refiere al ser, a la persona y a la humanidad de nuestros alumnos. Así que en ese sentido, me voy también satisfecho de lo que he podido participar en estos días”, dijo Álex Gallardo, Vicario Pastoral de la Diócesis San Carlos de Ancud y Capellán del Colegio Seminario de Ancud.
“A nosotros como Congregación y colegios católicos, nos interesa poder estar cerca de los jóvenes, teniendo presente las problemáticas a las que ellos se ven enfrentados. Tenemos por un lado todo el tema curricular que hoy día está tan en boga que el Gobierno lo está proponiendo, pero por otro lado también es importante preguntarse como nos han dicho nuestros expositores, cómo el curriculum realmente responde a las necesidades que nuestros jóvenes tienen hoy día, que no son solamente a nivel cognocitivo sino que también tiene que ver como nosotros los vamos formando para la vida, en una educación que es más integral y desde ahí la educación católica puede aportar mucho, entonces en ese sentido ha sido una bonita experiencia para poder escuchar desde las diversas áreas, cómo nosotros podemos también aportar a la vida de nuestros jóvenes y poder formarlos en competencias que no sean solamente intelectuales, sino que también que les permitan a ellos afrontar los desafíos que el siglo XXI les ofrece para su vida cotidiana, para ser buenos cristianos decíamos también, pero ciudadanos comprometidos con los desafíos actuales”, concluyó Doménica González, Coordinadora Nacional de la Pastoral Juvenil de las Hijas de María Auxiliadora en Chile, Santiago.
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