A través del libro “Bajo el cielo de Chuqikirau”, la experta, recorre las características del espacio, donde se ubica este ceremonial, además entrega nuevos antecedentes sobre lo que se conoce y no, de la cultura andina.
La historia ha sido contada y sus discursos nos preceden como verdades históricas irrefutables. Bajo esta -supuesta- mirada absoluta de la realidad, la ex docente de la Universidad de Arizona, Lydia Fossa, ha intentado cuestionar lo que conocemos sobre el mundo andino y sagrado. Para ello, llevó adelante una investigación que duró más de 4 años, para llegar a través de una exploración multidisciplinar a organizar una nueva interpretación sobre la historia del mundo andino, su orden social, sagrado y comunitario.
En un conversatorio, realizado en la sala Enrique Eilers del Museo Regional de La Araucanía, la autora, realizó una presentación, en donde, a través de imágenes de algunos vestigios, además de diversos textos, introdujo a los asistentes hacia un territorio muy poco explorado y en varios aspectos, desconocido.
De acuerdo a lo señalado por Gertrudis Payás, directora del Núcleo de Estudios Interculturales e Interétnicos de la UC Temuco, “la visita de la experta se enmarca dentro de un proyecto Fondecyt, en el que participamos junto con Javier Medianero. Ella ha estado algo mas de una semana en nuestra Universidad, realizando una conferencia y la presentación de este libro, con el que busca demostrar que se puede investigar multidisciplinarmente”, añadiendo que “cuando un objeto de estudio se investiga a la luz de diversas disciplinas, se obtienen mejores resultados”, concluyó.
Por su parte, Lydia Fossa, autora del libro, hizo mención, que, al ser experta en análisis de discurso, la investigación llevada adelante tiene distintas miradas discursivas, abordando el conocimiento mítico, el geoglífico y el histórico, los cuales se van uniendo para obtener una mirada nueva sobre esa realidad. “Ésta forma de investigar genera una mirada como de caleidoscopio, que uno lo puede ver desde distintos puntos de vista, de diferentes luces, pero todas se dirigen hacia un mismo centro”.
Consultada sobre la motivación de investigar sobre este territorio, señaló que, viendo un reportaje en el Boletín de Lima del año 1996, en donde claramente veía elementos que los expertos omitían, tomó la decisión de comenzar a investigar y a cruzar información. “Cuando vi ese documento, me encontré con una llama y ninguno de los expertos decía, es una llama. Entonces, me preguntaba, ¿por qué no lo dicen? Si es una llama. Entonces me decidí a escribirlo y para eso me demoré algo así como 4 o 5 años, porque tuve que investigar a la luz de todo lo que se había dicho y escrito sobre ese lugar” concluyó.
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