La Dirección General de Gestión Institucional tiene dentro de sus responsabilidades, la tutela metodológica del proceso de Acreditación Institucional y es el guía de uno de los procesos más relevantes de la Universidad, que requiere la participación de toda la comunidad universitaria como una responsabilidad compartida.
Desde la DGGI, su director, Boris Isla, nos explica la relevancia de contar con este sello de calidad y nos cuenta cómo nos comenzamos a preparar para un nuevo Proceso de Acreditación Institucional.
¿Cuál es la función que desempeña la DGGI en el proceso de acreditación institucional?
Nosotros tenemos la tutela metodológica. Somos los responsables de guiar los procesos y de que cada uno de los reportes finalmente termine aportando a un informe adecuadamente estructurado. Somos responsables de asegurar un adecuado nivel de participación y que cada funcionario sienta que tuvo la posibilidad de aportar, entonces significa generar métodos para procesar toda esa información.
La Dirección General de Gestión trabaja con información proveniente de las distintas unidades de la institución, por lo que juega un rol de coordinador general del proceso. Resulta muy grato ver cómo todos los directores, académicos, administrativos, profesionales se alinean a las necesidades de la acreditación y muestran conciencia de un pedacito del resultado les corresponde. En muchas ocasiones algunos directores me reclamaban porque su área habría quedado poco representada en los documentos, pero es que hacemos tantas cosas, y cada cosa es importante, por lo que cuesta mucho decidir.
Hacemos lo posible porque el informe que enviamos a la CNA en la acreditación nos represente bien, muestre lo mejor de nosotros, pero también –y por sobre todo- que sea un instrumento para mejorar lo que hacemos, para orientarnos hacia una mayor calidad.
¿Qué contenido se puede encontrar en el informe de autoevaluación?
El informe de autoevaluación es un texto sumamente relevante que relata el avance que ha tenido la universidad en cada una de las áreas de acreditación y que da cuenta de la existencia de políticas y mecanismos de auto regulación en cada una de ellas, es decir, que las cosas no se hacen por serendipia sino que responden a un plan que es monitoreado permanentemente, cuyos resultados permiten retroalimentar nuestros propósitos, que operan en una dinámica de mejoramiento continuo. Eso es lo que se refleja en el informe y es lo que hacemos como universidad.
Por supuesto, el informe recoge también aquellos desafíos que debemos enfrentar como institución y aquellas debilidades que debemos corregir, pues toda evaluación exige equilibrio en la mirada y creatividad en la búsqueda de soluciones. Por eso, el informe cuenta con un plan de mejoramiento.
¿Por qué es importante que la UC Temuco esté acreditada?
Que la universidad esté acreditada significa que da fe pública de que sus procesos académicos operan con criterios de calidad. Como la acreditación constituye una mirada interna que luego es expuesta al juicio de académicos externos, de pares académicos externos, cuando hay consonancia en estas perspectivas entonces se da fe pública de que la universidad está avanzando en un marco de aseguramiento de calidad para cada una de sus funciones y eso es, primero, una señal para nosotros como institución y después para la comunidad regional y nacional.
La acreditación se ha convertido en un factor de distinción, entre instituciones que desarrollan sus funciones con seriedad y aquellas que no dan garantías de funcionar con mínimos de calidad. En este sentido, podríamos decir que es un commodity, y que progresivamente ha cobrado más relevancia las áreas que se someten a acreditación.
Adicionalmente, este sello de acreditación está fuertemente vinculado al acceso a fondos públicos, principalmente aquellos disponibles para los estudiantes y secundariamente aquellos fondos institucionales que se entregan en forma directa a las Universidades. Una universidad que no está acreditada no puede ofrecer gratuidad a sus estudiantes, los alumnos no pueden acceder a ningún beneficio estatal, la institución no puede recibir fondos directos, y además condiciona el valor de los aranceles regulados para implementar la gratuidad.
El financiamiento directo que reciben las universidades está diferenciado dependiendo del nivel de complejidad de una universidad, y ese nivel se garantiza en el ministerio contando con la acreditación de un área en particular, que en este caso es investigación. Sin financiamiento la universidad no puede avanzar, sin financiamiento los estudiantes no pueden estudiar, nosotros tenemos un 70% de estudiantes que ingresa con gratuidad, ninguno de ellos podría ingresar si la universidad no estuviera acreditada.
Nuestra acreditación está vigente hasta julio de 2019, ¿cuándo comienza el nuevo proceso?
El trabajo comienza este semestre, en estos momentos estamos en la fase de diseño metodológico. Este diseño tiene que ser visado por el comité directivo. Debemos entregar el informe de autoevaluación con 7 meses de anticipación al término de la vigencia de nuestra acreditación. El 15 de noviembre del 2018 nuestro informe tiene que estar sí o sí en la Comisión Nacional de Acreditación. Es por esto que el proceso parte ahora. Tenemos que buscar un hito de inicio, que probablemente sea un comité directivo ampliado dentro de los próximos meses cuando presentemos la metodología, una vez ocurrido eso, se inicia oficialmente el proceso de acreditación y la universidad entra en modo acreditación y toda la atención estará puesta en el proceso.
La participación es cada vez más un elemento de evaluación acerca de la calidad de un proceso evaluativo, entonces nos vamos a asegurar que hayan muchas instancias e instrumentos para la participación.
Contamos con cuatro años de acreditación y sumamos el área de investigación. ¿Cuál es la meta para esta nueva acreditación?
No basta con tener un área más acreditada (investigación), hay que sostener el área acreditada. No hay que olvidar que nuestro proceso fue bien complejo, en el que incorporar una nueva área tuvo un costo institucional porque nos disminuyó los años y nuestra idea es recuperar el año perdido sin perder nuestras áreas, pero eso significa llevar el área de investigación en términos de su productividad al mismo nivel que las demás áreas. Todo el esfuerzo que se ha hecho por tratar de estructurar adecuadamente los procesos de calidad en docencia, los tenemos equiparados en el ámbito de la extensión y el vínculo y en el ámbito de investigación todo opera con importantes niveles de calidad, pero necesitamos incrementar el volumen de productos científicos para poder sostener la acreditación y eso es un enorme desafío que obliga a la universidad a tomar importantes decisiones como por ejemplo volcar nuestra estructura y trabajo con foco preeminente en el desarrollo de estas funciones.
La Universidad está desafiada, pero capacidades para enfrentar este nuevo escenario de acreditación. Confiamos en las decisiones que hemos tomado: tenemos Vicerrectoría de Investigación y Posgrado; acreditamos dos doctorados y vamos por un tercero; tenemos más publicaciones, estamos haciendo las cosas bien.
Cuando hablamos de acreditación no sólo hablamos del perfil institucional, sino que además existe una instancia paralela que es la acreditación de los programas de pregrado. ¿Cómo opera este proceso?
La acreditación de programas se lleva un gran esfuerzo de nuestra dirección, implica un gran volumen de trabajo.
Cada vez que agregamos una carrera, se suma un proceso permanente de acreditación y re-acreditación. El gran volumen de trabajo se la llevan las re-acreditaciones porque tenemos que mantener a todas nuestras carreras acreditadas, las pedagogías resultan obligatorias, entonces cada vez que vamos sumando una, se va incrementando el grupo de base de carreras que tienen que estar acreditadas.
Debo destacar que esta área ha logrado importantes logros, todas la carreras que se han presentado ante la CNA han obtenido su acreditación entre 3 a 6 años y todas las re-acreditaciones de carreras han obtenido los mismos o más años.
¿Cuáles son los mecanismos que se activan cuando se decide acreditar una nueva carrera?
Lo primero que hay que señalar es que cada facultad decide qué carreras acreditar en el marco de su proceso de planificación. La solicitud proviene formalmente desde las facultades, con metas establecidas con cada portafolio de proyecto, con el avance hacia la acreditación de los programas. Cuando una carrera manifiesta su intención, se activa un protocolo que permite reducir los espacios de trabajo colectivo a los mínimos necesarios e incrementa el trabajo técnico. Este trabajo técnico se estructura en cinco talleres de trabajo. El primer taller se enfoca en las temáticas que se evalúan como las dimensiones del perfil de egreso y los resultados.
El segundo taller, incorpora todas las acciones que tienen que ver con las condiciones de operación, cantidad de académicos, infraestructura, en el fondo en qué condiciones está funcionando ese programa.
En los talleres 3 y 4, los propios académicos y los participantes de la comunidad actúan como evaluadores de sí mismos. Allí se ponen de acuerdo en las principales fortalezas y debilidades, que es el foco, que son los productos de estos dos talleres centrales. En el último taller se elabora el plan de mejoramiento. Este plan es presentado al decano, quien lo revisa y corrige incorporando aportes y nuevos elementos. Luego, el decano y director de carrera defienden este plan ante los vicerrectores. Los vicerrectores que están en forma permanente en las reuniones de negociación son del área económica y académica, los demás vicerrectores se suman de acuerdo a la naturaleza del plan de mejoramiento. El director de carrera hace la presentación, los vicerrectores hacen observaciones, la DGGI actúa de coordinador y lo que se establece ahí queda en un acuerdo firmado y ese plan de mejoramiento pasa a formar parte del presupuesto institucional. Con eso queda sancionado, se incorpora en el informe de autoevaluación y se va con el informe a la agencia de acreditación correspondiente o a la CNA.
El director general de Gestión Institucional comenta que este trabajo con un ritmo holgado puede demorar máximo un año, manteniendo un mínimo de 8 meses. Agrega además, que el promedio de procesos en desarrollo anualmente es de 16, entre acreditaciones y re-acreditaciones de carreras.
Dirección de Comunicación y Marketing
Vicerrectoría de Extensión y Relaciones Internacionales