Se trata de una gigantesca obra artístico-social desarrollada el año 2020, en plena pandemia, por 220 artesanas de la IX Región, junto a la dirección y coordinación de académicos, docentes y universitarios.
La inédita exposición “Tejido de Fraternidad” pudo ser vista desde el exterior del Pabellón de La Araucanía solamente el día 13 de enero; en mayo se exhibirá en el Centro Cultural La Moneda en Santiago.
Plasmar en un gigantesco manto el valor del encuentro y mostrar el trabajo colaborativo desarrollado por 220 mujeres tejedoras de diferentes localidades y comunidades indígenas de La Araucanía y Tirúa (Bio Bio) durante el 2020 es el objetivo de esta mega exposición realizada el 13 de enero el en Pabellón de La Araucanía.
La iniciativa responde al interés de las artesanas de mostrar su trabajo y dar una señal sobre la importancia de reconstruir nuestro dañado tejido social, con el sentido de retomar el valor del encuentro, las relaciones, redes, vínculos de empatía, cuidado y colaboración. El proyecto Tejido de Fraternidad que se presenta por primera vez, se propuso apoyar el trabajo de artesanas tejedoras cuyo sustento se había visto severamente afectado por las consecuencias de la pandemia y la crisis económica.
Para esta gran obra, las artesanas tejieron cerca de 900 piezas de telar. Cada una de ellas recibió una remuneración por su trabajo, que fue posible gracias a la donación de familias e instituciones que creyeron en el proyecto.
MarÉs Sandor, decana de la Facultad de Arquitectura, Artes y Diseño de la U. Católica de Temuco y una de las fundadoras de esta iniciativa, destaca el gran desafío de sacar este proyecto adelante debido a la pandemia y a las medidas de confinamiento; sin embargo, menciona que “ha sido sumamente gratificante aprovechar esta oportunidad para relevar el trabajo creativo que se desarrolla desde la región, puesto que, como facultad, nos sentimos llamados a potenciar iniciativas que nos entrelacen como comunidad y permitan la valoración y reactivación del trabajo artesanal a través de la unidad, la confianza y el respeto”.
“Hemos levantado una obra de arte titánica, que se ha hecho realidad para el disfrute de todos y todas gracias al intenso trabajo colaborativo de artesanas, docentes y estudiantes, en conjunto con la comunidad y el apoyo de privados. Si algo nos muestra esta experiencia es que el arte reúne a la gente y esta gran obra es prueba clara del potencial que la creatividad tiene en la creación de un mundo más solidario y de un Chile más unido”, agrega la académica.
Se contemplaba un programa con diversas actividades para mostrar el trabajo realizado durante los 10 meses de preparación, pero la cuarentena decretada en la ciudad de Temuco impidió su realización.
Respecto al futuro de la iniciativa, la obra continuará su recorrido durante el 2021, en una exposición en el Centro Cultural La Moneda (Santiago) y posteriormente en el London Festival of Architecture (Reino Unido).
“Esta expresión artística muestra la riqueza cultural y el valor de lo que somos capaces de hacer cuando cada uno pone su hebra para reconstruir nuestro tejido social”, señala Pedro Arellano, fundador y director de Tejido de Fraternidad, quien ha liderado el trabajo de las artesanas y ha sido el motor para inspirar a que personas, familias u organizaciones se vinculen con esta causa social.
“Este 2021 queremos seguir avanzando e incorporando más artesanas, oficios y diversas personas, empresas e instituciones para que se vayan entrelazando en este proceso creativo, artístico y humano, con el fin de vincular diferentes mundos y fortalecer las relaciones dentro de nuestra sociedad”, añade Arellano.
Para lograr la sustentabilidad, Tejido de Fraternidad se ha posicionado con la convicción de entrelazar instituciones y empresas de La Araucanía y de Santiago. La adhesión a esta causa ha sido exitosa. Hoy cuenta con el compromiso y trabajo colaborativo de más de 20 organizaciones y 8 asociaciones de tejedoras.
Ana Paillamil Antiqueo, presidenta de la Asociación Indígena Wallontu Witral y presidenta de la recientemente fundada organización Newen Ngürekafe, dice que vincularse con Tejido de Fraternidad ha sido una experiencia única de asociatividad y comunidad entre mujeres de diversas localidades. “Este proyecto se transformó en el sustento para muchas tejedoras en tiempos de pandemia porque las ferias y otros lugares de venta se encontraban cerrados. Además, todo el proceso creativo, desarrollo y montaje de la obra, nos abrió las puertas de universidades y diferentes redes con las que continuaremos trabajando para potenciar la cultura mapuche y el oficio de la textilería”.
Tejiendo esperanzas desde La Araucanía
Tejido de Fraternidad ha unido a diferentes actores de la región, quienes coinciden en el mensaje esperanzador de la obra.
El rector de la UC Temuco, Dr. Aliro Bórquez Ramírez, señala que “hemos ido uniendo una hebra de compromiso, esfuerzo y fraternidad donde todos hemos aprendido; hemos podido ayudar a las mujeres tejedoras y ellas nos han permitido interiorizarnos de su cultura. Con su trabajo, hemos aprendido cómo se construye un telar y la riqueza cultural de éste. Muchas voluntades se han juntado para hacer realidad este sueño de sacar al mundo el trabajo de las mujeres tejedoras”.
“Este tipo de iniciativas releva el tremendo valor que existe en este territorio más allá de la técnica y la materialidad. Es un tejido social en el cual distintas mujeres se unen y crean esta maravillosa obra que nos permite reconectarnos con nuestra identidad, con lo patrimonial y con lo que merece ser heredado”, comenta el Seremi de Culturas, Artes y Patrimonio de La Araucanía, Enzo Cortesi.
Por su parte, Raúl Sáez Castillo, gerente de la Corporación de Desarrollo y Pabellón Araucanía señala que “estamos felices de ser parte de esta iniciativa, de este hito que une personas e instituciones. Esta obra ha servido para manifestar la voluntad de muchos, especialmente de las mujeres de la región, que nos muestran la importancia de estas pequeñas pero grandes acciones que nos unen en un objetivo mayor”.
Coincide el director ejecutivo de la Multigremial de La Araucanía, Juan Pablo Lepín, al destacar que “este trabajo permite no sólo mostrar lo valioso de la cultura regional, sino ir un paso más allá y armar un tejido social en una región dividida por años, y demostrar con esta obra que unidos se pueden hacer grandes cosas”.