Frente a mil doscientas personas, nuestro querido y reconocido académico Raúl Caamaño Matamala recibió la distinción que lo convierte hoy en Ciudadano Destacado de la ciudad de Temuco. “Soy una persona que trabaja formando personas”, dijo el profesor que agradeció el reconocimiento.
En reconocimiento y agradecimiento a sus 47 años de laboriosa misión de formar profesionales para nuestra ciudad y país, nuestro académico, el “profe” Raúl Caamaño, recibió por parte de la Municipalidad de Temuco la distinción y categoría de Ciudadano Destacado, relevando sus años de docencia y el importante aporte en materia educacional que ha significado su trabajo al formar a más de 20 mil alumnos que han tenido el privilegio de participar y aprender de sus cátedras.
Oriundo de Lebu, siempre admiró la pasión, vocación, estilo y motivación con que su madre, Ana, realizaba la labor formativa junto a sus alumnos, dedicación que fue destacada en dos oportunidades tanto en Lebu como en Temuco como la mejor maestra. Este ejemplo, fue el que años más tarde impulsara a Raúl a estudiar Pedagogía en Castellano en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Recordándola, y con sus ojos lagrimosos, imaginó a su madre contenta viéndolo recibir este reconocimiento. “Se habría contentado mucho, creo que hasta que ella estuvo con nosotros, nos acompañó felizmente. Los cuatro hijos pudimos desde nuestras acciones y profesiones, darle muestras de que sus enseñanzas, su ejemplo, caló profundamente en nosotros. Creo que esa abnegación, don de servicio y humildad que transmitía, no moldeó a todos. Habría sonreído y arrojado algún lagrimón de alegría. Ella junto a mi padre, son el pilar basal de quien soy y como soy” comentó nuestro galardonado y emocionado académico.
Sobre este reconocimiento expresó que “estoy sorprendido, halagado también, honrado, pero esto es un compromiso. Me evalúo como una persona vital, aún estoy laborando, haciendo lo que he hecho por casi medio siglo, ser profesor, contribuyendo a la formación de profesionales y de personas, personas de bien para la sociedad y para Temuco y la región. Este reconocimiento me anima, me reanima y me confirma en que lo que hago, lo que he hecho, debo seguir haciéndolo y me ofrezco para ir a dar charlas a liceos, he ido y quiero seguir haciéndolo, porque estoy disponible”.
El millón de amigos
Desde hace unos 10 años, las redes sociales me han ayudado bastante al reencuentro con cientos, si no miles de ex alumnos. En alguna otra entrevista una periodista me apremió a que hiciera el ejercicio de una cuenta posible de estudiantes con quienes yo había compartido en un aula y esa vez, hace unos 3 años, calculamos que eran cerca de 22 mil estudiantes. Este reencuentro permite usar las redes sociales, como Facebook por ejemplo, como un verdadero pizarrón donde yo animo, aliento, escribo, opino, muestro, enseño cuestiones, yo diría buenas, en el sentido y extiendo la invitación a mis alumnos y a quienes leen, a que dejen allí en ese muro, lo mejor, lo mejor de uno mismo. Que por favor, si la bilis, acidez, lo agrio que a veces se nos torna el día o la vida, el pesar, el dolor, la rabia, que la contengan y que la filtren de un mejor modo, no digo que no la expresen, sino que la procesen. Mis alumnos se comunican con agradecimiento, con cariño, con estima y para mí, es la mejor paga.
Un primer día en aula
Nos cuenta que su fórmula pedagógica es el Aula Feliz. “El aula debe ser un entorno de tranquilidad, de paz, de felicidad, de alegría pues eso hace grato el aprender. Conocer a los estudiantes, saber sus nombres, quienes son sus padres, invitar a los padres que lleguen al aula. Yo no me hago ningún problema, de mis estudiantes jóvenes si no tienen otra opción que llegar con su hijo de meses al aula, pues que lleguen y si tengo que tomarlo en brazos, lo tomo y hago mi clase, no tengo problemas, hay muchos que de pronto se acuerdan, me escriben y me envían fotos de sus hijos ya jóvenes, que acompañé en sus embarazos, que visité, que recuerdo”.
El saber el nombre de los estudiantes, saludarlos por el nombre, preocuparse si se llama María Jimena, preguntarle la primera vez, ¿por qué nombre te saludo?, ¿por María?, ¿por Jimena? y si es Jimena, no le digas María porque ese nombre no la representa. Apréndete los segundos apellidos y releva el apellido de la madre que para mi es el más importante, pertenece a quien te dio el ser, no sólo la que te portó casi 40 semanas, es quien desde la primera semana asumió un compromiso de vida contigo y para ti. Yo en la primera de las clases insisto en esto, respetando las historias y sin querer ser invasor en los casos excepcionales, pero en la mayoría de mis alumnos insisto en el apellido materno.
Esto es un modo de vida no más y trato de traspasarlo a mis estudiantes, porque si llegas a la universidad o al liceo y en el camino te encuentras al portero, el auxiliar, el inspector, son personas que merecen toda nuestra estima, cariño, nuestro saludo y atención. Tienen muy bien ganado que uno se detenga a saludarlos, no un saludo al paso, detenerse a saludarles, porque también a uno le gustaría que en una similar situación te toque un saludo. Yo invito a mis estudiantes que saluden al chofer de la micro, aunque no les responda, quizás al décimo saludo van a tener una respuesta y será una respuesta cálida” nos relató Raúl Caamaño Matamala.
Sobre el Reconocimiento
El premio a Ciudadano Destacado que fue entregado a ocho ciudadanos que hoy reciben la categoría de Destacados, contó con la aprobación del Concejo Municipal y busca destacar el aporte y contribución al desarrollo de la ciudad en manos de personas no son nacidas en Temuco.
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