El encuentro buscó generar un espacio de encuentro y reflexión en torno a los sentimientos que se vivieron hace 30 años y prepararnos para la bendición de recibir nuevamente a un Santo Padre en nuestra región.
Relevar las emociones que todavía están en el corazón de tantas personas, que vivieron la visita hace 30 años de Juan Pablo II y disponer el corazón para la emoción que significa la visita del Papa Francisco fue el objetivo del conversatorio organizado por la Dirección de Pastoral de la Universidad Católica de Temuco.
“La idea era reunirnos en torno a las emociones que evocan los recuerdos de lo vivido cuando vino Juan Pablo II y recordar que hubo un mensaje en aquella época que fue muy importante y que puede que todavía no hayamos comprendido del todo. Y también, poder abrir nuestro corazón al mensaje que nos trae Francisco. Abrir la mente y el corazón, recogiendo lo anterior y disponiéndonos para el futuro, tendiendo un arco entre una visita y otra. La invitación es a detenernos en el mensaje y la emoción que significa la bendición como temuquenses de tener por segunda vez a un Papa en nuestra ciudad”, dijo el Padre Fernando Torres, director general de la Pastoral de la UC Temuco.
El encuentro reunió a diferentes representantes de la comunidad que compartieron sus recuerdos y vivencias sobre la venida de Juan Pablo II a Temuco y cómo se están preparando para recibir a Francisco: Esteban Villagrán, que hace 30 años era acólito de la parroquia el Sagrario de Temuco; Fernando Trujillo, director del coro que acompañó al Papa el año 1987 y que hoy se prepara para presentarse nuevamente ante el Santo Padre; Juan Mansilla, profesor de estado, quien reflexionó sobre el discurso entregado por Juan Pablo II, y Gisela Antonio Guzmán, profesora quien compartió su preparación personal y familiar para recibir al Papa Francisco. El panel estuvo moderado por el Padre Felipe Herrera, director de comunicaciones de la Visita del Papa Francisco a Chile.
“Creo que la venida de su santidad tenemos que recibirla con nuestro corazón abierto. La mejor forma es abriendo nuestro corazón al mensaje que nos va a dejar. Estamos todos expectantes a eso, necesitamos de su mensaje, esa palabra especial que trae con tanto amor para todos nosotros”, dijo la profesora Gisela Antonio Guzmán.
“Haber vivido la experiencia de ser acólito del Papa Juan Pablo II marcó mi vida, uno sopesa la vida de una forma distinta, después de lo vivido. Y ahora, nos preparamos como matrimonio y como familia para volver a participar de la misa que realizará el Papa Francisco en Maquehue, ya no con tanta preocupación, pero por supuesto con un gran sentimiento de responsabilidad sobre lo que a uno le corresponde hacer. Encomendarse a Dios con humildad y agradecer por la oportunidad de me brinda” dijo Esteban Villagrán.
El encuentro se convierte en la antesala de la visita del Papa Francisco a La Araucanía el próximo 17 de enero cuando oficie la Santa Misa en la Base Aérea Maquehue ante aproximadamente 400 mil personas.
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