La incorporación de esta enzima en las dietas actuales para peces, reduciría la contaminación producto de la eliminación de fósforo al medio ambiente acuático.
Desde hace ya varios años que en la industria acuícola chilena y mundial se está dejando de lado la harina de pescado como principal fuente de proteínas en las dietas de peces y se han incorporado otros ingredientes proteicos, principalmente de origen vegetal.
Lo negativo de este cambio, es que muchos de los ingredientes vegetales tienen un perfil nutricional reducido y en su gran mayoría contienen factores antinutricionales como el ácido fítico o fitato. La presencia de este anti-nutriente, impide que el pez pueda utilizar normalmente el fosforo y otros nutrientes aportados por la dieta lo que no solo afecta su crecimiento y desarrollo sino que tiene implicaciones medioambientales.
Para comprender más sobre esta problemática y sus derivadas soluciones, visitó la UC Temuco el Dr. Gabriel Morales, investigador y académico de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, quien realiza un trabajo colaborativo con nuestra Universidad mediante el proyecto FONDECYT 1150083 denominado “Determinación de la bioaccesibilidad y biodisponibilidad de la proteína y el fósforo en diferentes especies de lupino dentro del tracto digestivo de peces” dirigido por el Dr. Adrián Hernández del Núcleo de Investigación en Producción Alimentaria. El Dr. Morales realizó una clase magistral a autoridades, académicos y alumnos de la Escuela de Acuicultura de la UC Temuco en donde explicó los efectos de la fitasa sobre la biodisponibilidad de la proteína y el fósforo en dieta para peces.
En cuanto al trabajo con esta enzima (Fitasa), el Dr. Morales nos explica que “lo que hace es convertir el fósforo que no está biodisponible para el pez, incrementando esta biodisponibilidad, con lo que aumentamos la absorción del fósforo y el pez puede retener más eficientemente este nutriente y por otro lado no lo descarga al medio acuático. Esta enzima (en altas dosis) además permite un mayor crecimiento y una mejor conversión alimentaria. Si no le sacamos provecho a este fósforo almacenado en las semillas como fitato (o ácido fítico), y dejamos que pase a través del tracto digestivo y se vaya al medio ambiente, y además estamos suplementando con fósforo, generamos un doble impacto. Si combinamos la enzima con la disminución de fósforo inorgánico en la dieta, generaremos una dieta más competitiva en el uso de un recurso no renovable y también desde el punto de vista económico.
El no uso de esta enzima generará que más del 30% del fósforo que está en los ingredientes vegetales de las dietas, se vaya al agua y no hay forma de recuperarlo porque el animal no lo digiere, no lo absorbe y no lo retiene. Eso es un gran desperdicio de un nutriente fundamental para el crecimiento de los animales y con los problemas ambientales que todos conocemos es fundamental que se incremente la eficiencia en la retención de un nutriente como el fósforo que es uno de los principales limitantes para el crecimiento de algas en el medio ambiente” indicó Morales.
El Director del Doctorado en Ciencias Agropecuarias y Director del Laboratorio de Nutrición y Fisiología de Peces de la UC Temuco, Dr. Patricio Dantagnan, también nos comentó sobre esta enzima, expresando que “el uso de aditivos de esta naturaleza va a fortalecer la acuicultura en nuestro país y puede contribuir a mejorar su imagen puesto que un producto como éste puede ayudar a reducir las descargas de nutrientes lo que es muy positivo para la actividad acuícola”.
Esta enzima ya ha sido utilizada con resultados positivos tanto en cerdos como en aves y en estos momentos se abre como una real oportunidad para mejorar la industria acuícola tanto en Chile como en el mundo.
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