El taller estuvo organizado por la Dirección de Formación Humanista Cristiana y capacitó a 32 profesores en la estrategia de Aprendizaje Servicio.
Con el objetivo de conocer los elementos básicos de la evaluación en la estrategia de Aprendizaje Servicio, reflexionar sobre la relevancia y aportes de los instrumentos y procedimientos de evaluación aplicados a la metodología en la formación profesional y la confección de rúbricas para evaluar el desempeño de los estudiantes, la Dirección de Formación Humanista Cristiana organizó un taller dirigido a docentes de diferentes Carreras y Facultades de la Universidad.
En total fueron 32 los profesores que participaron de esta jornada de trabajo y que han estado desarrollando sus itinerarios formativos con esta estrategia. Esta experiencia cierra el ciclo de formación básico en Aprendizaje Servicio iniciado el año 2016, donde dos especialistas de la Red Nacional de Aprendizaje Servicio, REASE, dictaron el taller denominado “Evaluación e impacto de Aprendizaje Servicio en un curso”.
Los relatores del taller fueron la Dra. Marcela Romero de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y el Mg. Abner Mardones de la Universidad Central, ambos con vasta experiencia académica en el abordaje de la estrategia.
Marcela Romero, plantea que la importancia de este taller radica en “la posibilidad que tiene la academia de reunirse en torno a problemas complejos de país, que son posibles de ser solucionados desde las cátedras universitarias y al mismo tiempo, ser tratados interdisciplinariamente dentro de las comunidades de aprendizaje que se conforman, cuando se juntan profesores que implementan la metodología de AS. En segundo lugar, resulta importante cómo se va dando la autoformación al interior de los equipos académicos mientras se va encarnando la misión institucional. Es, tal vez, la mejor instancia de reflexión para evaluar el modelo educativo institucional” comentó.
Por su parte, Abner Mardones, planteó que el Aprendizaje Servicio “como una propuesta innovadora y participativa, posibilita un escenario que sitúa al estudiante en el aprender haciendo, potenciando el desarrollo tanto de competencias genéricas como específicas y al docente en un rol protagonista como un facilitador de los procesos que permitan levantar estos proyectos asociados al servicio comunitario. En este sentido, la evaluación como eje transversal de esta propuesta formativa, entrega herramientas teóricas y prácticas que permiten recoger evidencias de cada una de las acciones que se llevan a cabo en la implementación de los proyectos, tomar decisiones para evaluar la calidad y el impacto de éstos en cada una de sus etapas y particularmente en el aprendizaje de cada uno de los estudiantes como protagonistas en el proceso. Por supuesto, es destacable también el aporte que reciben los beneficiarios a partir de los convenios que estable la universidad con la comunidad local con estas prácticas”.
Ambos especialistas destacan el número de proyectos implementados y el trasfondo de justicia, equidad y reparación que cada uno intenciona, valorando el trabajo colaborativo entre unidades, el apoyo que se brindan los docentes y también el trabajo que hacen los ayudantes de los proyectos de AS, “los lazos de cooperación que se establecen tanto al interior de la Universidad y la vinculación con la comunidad y la realidad local sin lugar a dudas, con este tipo de proyectos, deja una impronta y un sello que no solo responde a problemas reales de la comunidad, sino que además sitúa a los estudiantes en contextos propios de su formación profesional” concluyen los expertos.
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