“Como institución estamos convencidos y comprometidos a que la agricultura campesina y mapuche de nuestra región vaya ocupando los espacios que se merece, no solo por la sustentabilidad familiar de quienes la desarrollan, sino que por el aporte que esta actividad hace a la preservación de los recursos naturales, a la agroecología, la biodiversidad, la seguridad alimentaria y a la preservación de la cultura en un proceso de restauración de los vínculos sagrados con la tierra. Como lo señala la encíclica Laudato Si, esta es responsabilidad que tenemos que asumir todos con el cuidado de la casa común”. Expresó el vicerrector Figueroa, en representación de nuestro rector.
Por su parte, Gabriel Toledo representante del Consejo Agroecológico Wallmapu, destacó que “este año hemos tenido mucha participación de las comunidades del territorio a diferencia del año pasado. A través de esta de esta iniciativa, nos hemos dado cuenta que las personas han ido tomando consideración de tener productos más ecológicos, tanto en su proceso de elaboración, como en su traslado y envoltorio, lo que nos da a entender que hay un conocimiento mayor de lo que es la agroecología y la valorización que ésta tiene”.
Además de los stands de productores locales, este año se incorporó una granja educativa, visitas guiadas y talleres prácticos de agroecología que enseñaban cómo ser respetuoso y solidario con la madre tierra a través de la transformación de basura en abono orgánico o tierra de hoja. También, se pudo aprender a realizar preparados naturales para controlar plagas y cómo construir un huerto urbano incluyendo la posibilidad de conocer tecnologías que son más respetuosas de la armonía de naturaleza.
Durante los tres días que duró la Fiesta, los visitantes pudieron degustar de cocinas campesinas de las cuatro identidades territoriales del Wallmapu; Lafkenche (costa), Wenteche (valle), Nagche (faldeos de la Cordillera de Nahuelbuta) y Pehuenche (Cordillera de Los Andes). Junto con disfrutar de la diversidad de aromas y sabores campesinos, además de presenciar talleres de cocina donde, tanto mujeres cocineras campesinas como chef de la región, enseñaron a utilizar de diversas formas los productos campesinos en nuestra cocina. Para esto se contó con un circuito cerrado de televisión que permitió ver desde distintos puntos los talleres, documentales y preparaciones de cocina.
El último día, domingo 17, en la mañana se realizó el tradicional Trafkintu, (intercambio de semillas) donde hombres y mujeres del campo y la ciudad participaron y aprendieron sobre cómo debemos recuperar semillas y plantas locales de una manera solidaria, puesto que en estos Trafkintus no está el dinero de por medio, solo se intercambia y se comparte.
Periodista: Macarena Maturana M.
Fotografía: Jorge Zúñiga V.
Dirección de Comunicación y Marketing
Vicerrectoría de Extensión y Relaciones Internacionales